Como ya es parte de la historia, esta parada abrió la temporada de eventos masivos del verano de la Gran Manzana. Además de una gran fiesta cultural, es el centro neurálgico de varios debates sobre el futuro de los boricuas

Ni siquiera la amenaza de lluvia sobre la ciudad de Nueva York, nubló” este domingo el entusiasmo y el fervor de los boricuas, en tomar un puesto en la Quinta Avenida de Manhattan, para celebrar la edición número 67 del Desfile Nacional Puertorriqueño. Miles de neoyorquinos y visitantes, acudieron masivamente a uno de los encuentros culturales más importantes del país y del mundo, bordeando la emblemática vía, entre las calles 44 y 79.

Ya a la 1:32 minutos de la tarde, cuando todas las carrozas estaban en su punto máximo, ofreciendo entusiasmo a los asistentes, el día se tornó soleado y muy fresco, imprimiéndole más energía a una celebración que este año tuvo como eslogan ‘Boricua de Corazón’, una expresión que capta perfectamente la emoción de una comunidad, que ha sido un pilar para el crecimiento de la Gran Manzana. Y que salió nuevamente a las calles, a gritar que se sienten muy orgullosos de sus raíces.

Entre la multitud, Irma Quiñones de 83 años de edad, de los cuales 62 los ha vivido en Nueva York, llegó muy temprano, cuando ni siquiera el desfile había arrancado. Comentó que aún con el transcurrir de décadas, nada le borra sus añoranzas, de la isla donde nació.

“Yo llegué aquí cuando tenía 20 años. Y he venido a casi todos los desfiles. Este ahora lo veo ahora más organizado, con más seguridad. Este año ha estado muy bonito. Me emociona ver un pedazo de Puerto Rico, aquí frente de mí”, comentó.

El señor Victor Lugo, de 67 años, también fue a celebrar su cultura como lo ha hecho ininterrumpidamente por 47 años: “antes había más revolú (desórdenes), pero veo que ahora hay más organización, hay espacios para todos. Si tengo que recordar algo negativo de esta parada, es solo los abusos de la era del exalcalde Giuliani, quien reprimía mucho. Ahora hay más libertad”.

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