La corrupción es una lacra que debemos rechazar y repudiar en cualquier renglón social. Es lamentable que el pueblo de Puerto Rico tenga que atravesar nuevamente por sucesos como éste y sentir vergüenza por funcionarios en los que depositaron su confianza.  El veredicto de culpabilidad de la ex representante Maria Milagros Charbonier es una muestra de que nadie está por encima de la ley y tiene que reafirmar la necesidad de que aquellos en los que el pueblo deposita su confianza tienen el deber de actuar con rectitud, honestidad, transparencia y ética.

Además es un llamado a todos los funcionarios que somos electos a redoblar esfuerzos para evitar que estos actos sigan ocurriendo.  Cuando se desvían fondos públicos en actos de corrupción, el único que pierde es el ciudadano que nos eligió pues éste no recibe servicios de su gobierno a tiempo y se les priva de tener funcionarios honestos.  

Mi gobierno será uno de énfasis en la prevención contra actos de corrupción e implacable al lidiar con actuaciones indebidas de quienes están llamados a servir. Es lo que el país espera y merece de sus líderes y de su gobierno.